El beber de manera desmedida constituye un problema llamado alcoholismo, y quien lo padece estará expuesto no solo a sufrir una serie de enfermedades derivadas de este consumo exagerado, sino también a alterar a su familia.
En efecto, el convivir con una persona que lleva bebiendo muchos años obliga a quienes están a su lado a adoptar conductas compensatorias y protectoras del alcohólico, puesto que, de uno manera u otra, lo aman sin darse cuenta que al hacerlo ellos se van transformando y enfermando.
Así, los síntomas de la personalidad de un alcohólico son los siguientes: no reconocer sus errores, jamás tener la culpa de nada, siempre miente respecto a cuánto licor bebió, no soportar estar en un ambiente de paz teniendo que alterarlo y generar conflicto y angustias en los demás, es una persona que 'jamás se equivoca' y que es incapaz de pedir perdón a nadie.
Más tarde o más temprano, quienes viven con él se volverán codependientes, ahora la familia tendrá que asumir las responsabilidades de él, los hijos tienen que cuidarlo por miedo a que le pase algo durante sus borracheras, la esposa tiene que mentir para protegerlo y que no pierda el trabajo, ella tendrá que tolerar el tener relaciones sexuales con un alcohólico.
Este cambio en la familia, con el tiempo, se vuelve una enfermedad.
En efecto, el convivir con una persona que lleva bebiendo muchos años obliga a quienes están a su lado a adoptar conductas compensatorias y protectoras del alcohólico, puesto que, de uno manera u otra, lo aman sin darse cuenta que al hacerlo ellos se van transformando y enfermando.
Así, los síntomas de la personalidad de un alcohólico son los siguientes: no reconocer sus errores, jamás tener la culpa de nada, siempre miente respecto a cuánto licor bebió, no soportar estar en un ambiente de paz teniendo que alterarlo y generar conflicto y angustias en los demás, es una persona que 'jamás se equivoca' y que es incapaz de pedir perdón a nadie.
Más tarde o más temprano, quienes viven con él se volverán codependientes, ahora la familia tendrá que asumir las responsabilidades de él, los hijos tienen que cuidarlo por miedo a que le pase algo durante sus borracheras, la esposa tiene que mentir para protegerlo y que no pierda el trabajo, ella tendrá que tolerar el tener relaciones sexuales con un alcohólico.
Este cambio en la familia, con el tiempo, se vuelve una enfermedad.
Fuente: Diario Trome (Fernando Maestre)