lunes, 10 de agosto de 2009

El niño y su mascota

Más de una vez hemos señalado que lo importante para un niño es sentirse amado. No solo necesita el cariño y la comprensión de sus padres para sentirse bien, sino para que su mente evolucione y adquiera progresivamente un conjunto de emociones al servicio de su inteligencia.

Lo cierto es que esa necesidad, no siempre es cubierta por los padres, y no se trata de que las madres sean insuficientes o frías, sino que la demanda de amor de un niño siempre es inmensa, y supera a lo que los papás pueden brindarle, por más que estos traten.

En estos casos, tener una mascota resulta muy importante para el niño. Veamos de qué manera:

La mascota le permite al niño expresar todo el afecto sobrante que no puede recaer en los padres, porque estos no siempre están cerca de él.

El amor dado a la mascota siempre es bien recibido por esta.

También, ante su mascota, puede poner en voz activa las identificaciones que adquirió de la madre, por ejemplo, 'pórtate bien', 'ahora, a dormir' o si no, 'come toda tu comida'. El pequeño, así, adquiere autonomía y juega un poco a ser grande. O sea, está creciendo.

Finalmente, puede aprender a controlar sus emociones agresivas y proteger la vida de un ser pequeño e indefenso que está a su cuidado.


Fuente: Diario Trome (Fernando Maestre)