lunes, 19 de octubre de 2009

Hacerse a un lado

Hay casos donde los padres pueden observar que uno de sus hijos está cambiando, tornándose algo más tímido o tal vez, cobarde, para los juegos toscos o agresivos de los varones.

Una de las causas puede residir en que el niño no quiere o no ha aprendido a competir sanamente en la vida y prefiere huir de las luchas o juegos toscos entre pares para evitar salir perdedor y sufrir una cierta vergüenza frente a los otros.

A todo niño le encanta jugar y competir, probar sus músculos y enfrentarse a rivales; y si comprendemos que estas conductas son innatas y sirven para poner a prueba sus músculos y conocimientos de defensa para la vida, el hecho que un niño omita esta experiencia llama la atención y hay que tener cuidado, porque refleja el abandono la lucha o incluso de huida ante los problemas de la vida.

Últimamente se han encontrado estas tendencias a la fuga y cobardía en niños que luego adoptaron la posición homosexual por dejarse que los chicos mayores lo feminicen antes de luchar por hacerse respetar e intentar la conquista.

Por ello una conducta de este tipo siempre debe ser vigilada por los padres y puesta en conocimiento de algún psicoterapeuta para que analice la dinámica de la familia
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Fuente: Diario Trome (Fernando Maestre)