martes, 8 de junio de 2010

La obediencia, ¿cómo la aplico?

Todos los padres saben que tener hijos obedientes garantiza la paz y tranquilidad en el hogar. Pero cometen el error de creer que la obediencia de los chicos es una virtud que sus hijos deben tener y, por lo tanto, de no tenerla, es un problema exclusivamente de ellos.

Pero lo cierto es que la situación es otra: la obediencia, más que un don de los menores, es el resultado de la virtud de los padres, que han logrado ganarse a sus hijos poniendo en marcha una serie de actitudes, por las cuales los niños llegaron a la convicción de que sus papás son dignos de ser obedecidos y porque ellos han 'constatado' que acatar sus órdenes es para su bien.

Para tener un hijo obediente, el padre ha de seguir algunas reflexiones:
  • Tu hijo será obediente según sean los estímulos que a le des; si los desmoralizas jamás aprenderá a obedecerte.
  • Enséñele que obedecer y ser capaz de mandar en su momento, son las dos caras de la misma moneda.
  • Los padres deben ejercer la autoridad sobre sus hijos, pero siempre de modo coherente e inteligente.
  • Si aplica un castigo que no sea por su hígado ni su rabia, sino para educarlo, no se lo suspenda aunque le ruegue.


Fuente: Diario Trome (Fernando Maestre)

lunes, 7 de junio de 2010

Tolerancia en la pareja

Muchas veces las parejas se preguntan, ¿hasta dónde debo tolerar las tensiones y dificultades? Sabemos que la tolerancia es una virtud dentro del matrimonio puesto que, gracias a esta, muchas parejas se mantienen. Pero también debemos tomar en cuenta que la tolerancia puede tener su cara negativa, y se puede observar de tres maneras:
  • 1) Cuando la tolerancia es excesiva debido a que la pareja no da muestras de reconocimiento y esfuerzo de tu parte, pudiendo convertirse el marido en un permanente abusador.
  • 2) Tener una actitud de tolerancia extrema puede servir de ejemplo a las hijas de que el modelo de conducta de una mujer es la de siempre ser ella la soportadora, la que está dispuesta a perdonar todo.
  • 3) La extrema tolerancia puede alterar la personalidad de la mujer, convirtiéndola en una persona que pierde su capacidad de desear. En tal sentido, quien permanentemente está tolerando podrá generarse un daño psíquico, que después podrá traer consecuencias negativas como la pasividad, la falta de carácter y la tendencia al sometimiento. La virtud de la tolerancia debe ser también combinada con la tendencia a actuar firmemente en el momento que lo tolerante deja de hacer efecto.


Fuente: Diario Trome (Fernando Maestre)