
La hipertensión emocional se debe principalmente a alteraciones en la capacidad de manejar las angustias, las rabias y las venganzas. Veamos cómo se presentan:
- Las emociones deben ser expresadas, pues de no ser así estas se refugian en el interior del cuerpo y desde ahí atacan el sistema cardiovascular. Las cóleras deben ser expresadas porque sino, estas se fijan en las arterias, produciendo un espasmo que obliga al corazón a empujar la sangre con más fuerza.
- Otro factor es la necesidad de venganza, emoción muy difundida en la población (el desearle el mal a otro) pero a su vez es muy poco reconocida, lo cual hace que el deseo de venganza se fije en el corazón generando contracciones más intensas y enérgicas.
Fuente: Diario Trome (Fernando Maestre)