martes, 9 de marzo de 2010

El primer día de clases

Todo niño en su primer día de clases suele llorar y hacer pataletas para no asistir al nido. Esta reacción puede ser tomada como una 'malacrianza', un deseo de quedarse jugando en la casa y un engreimiento. Sin embargo, la verdadera causa, lejos de ser un problema leve, suele esconder una angustia de separación más intensa de lo pensado.

Para un niño el separarse tiene la equivalencia de ser abandonado, sobre todo en familias donde los padres le han mentido respecto a sus ausencias cuando van a estar fuera de la casa dejándolo solo.

Forzar a un niño a entrar al aula en esas condiciones, solamente generará aumentar la angustia y el sentimiento de abandono, por eso se recomienda a los padres seguir estas cuatro fórmulas:
  • 1. Acompañar dentro del aula a niños que van por primera vez al jardín de infantes, luego poco a poco, y en no menos de 10 días, deberán retirarse hasta que ellos se acostumbren.
  • 2. Coordinar con el nido para que las horas de asistencia no sean tan largas. Muchas veces una jornada de 2 horas para empezar es suficiente. El tiempo ira aumentando conforme avanzan los días.
  • 3. La madre deberá asistir a las primeras clases como si fuera una alumna más, participar, levantar la mano y unirse en los cantos.
  • 4. Luego, de regreso en la casa, la madre hablará muy bien y mucho rato de lo buena que ha sido su profesora.


Fuente: Diario Trome (Fernando Maestre)