lunes, 2 de noviembre de 2009

El origen del amor propio

El amor propio es un término utilizado en la actualidad con exceso y descuido, pensando la mayoría que solo se trata de ser valientes y tener la 'autoestima' elevada. Sin embargo, se trata de un concepto por demás profundo que ayudará a la persona a organizar su mente y, con ello, su vida.

El amor propio es una de las fuerzas más primitivas que existe en el ser humano, es la energía que empuja a nacer, que lleva a superar las dificultades y encontrar las soluciones más adecuadas a los problemas. Esta energía se hace presente muy poco tiempo después de nacer, pues es la fuerza con que el bebé grita y patalea para pedir su leche o la proximidad de su madre.

Un año después, el amor propio se pone en juego cuando el niño quiere aprender a dar los primeros pasos, al inicio, de la mano de su madre, para luego intentarlo por sí solo.

Ya de grandes, el amor propio llevará, a hombres y mujeres, a sentirse seguros y decididos para iniciar una aventura amorosa, sin temor a que las cosas no salgan bien o a saber recuperarse rápido, sin revolcarse en la melancolía, tristeza o ideas de poco valer.

Para evitar que su hijo padezca este déficit, evite: los castigos excesivos, humillaciones, desvalorizaciones, hacerle sentir avergonzado o culpable, la sobreprotección y, sobre todo, que le tenga terror a la violencia
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Fuente: Diario Trome (Fernando Maestre)