viernes, 19 de marzo de 2010

La amistad entre padre e hijo

Para muchos padres el poder ser amigos de sus hijos se ha vuelto uno de los deseos más importantes en sus vidas. Ser amigo de su hijo significa mucho siempre y cuando esta amistad no borre la función paterna que es más trascendente aun que la misma amistad.

Así es como habremos de entender una amistad benigna, positiva y creativa como cuando un padre, como si fuera el amigo de su hijo, asume que este le puede enseñar muchas cosas que no sabía, o de lo contrario cuando el padre comprende que los hijos de hoy están más dotados y preparados que los propios padres del ayer y son capaces de vivir con sus hijos todo aquello que su época pasada no le dio como, por ejemplo, la electrónica, las computadoras, y los avances tecnológicos que los hijos conocen mejor que los padres.

Pero también hay una amistad maligna, que consiste en decirle sí a todo lo que el hijo quiere y permitirle que disfrute fuera de las normas aquello que este papá no pudo disfrutar cuando era joven.

Esta amistad maligna ha creado dos graves problemas: el primero es que se convirtió en un padre ausente, porque solo da y no guía a su hijo y ni se hace respetar. El padre amigo negativo es aquel que ha abandonado la crianza moral y ética para ir a la esquina a beber con su hijo
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Fuente: Diario Trome (Fernando Maestre)

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