Padres y abuelos conforman un equipo, pero la convivencia no es precisamente sencilla. Cuando se le pregunta a los padres de familia por las ventajas que supone contar con los abuelos, sus respuestas se centran en la ayuda que brinda. Y cuando se inquiere sobre lo más problemático, mencionan las interferencias a través de acciones y consejos.
APOYAR SIN OPINAR
Por un lado, se aprecia su ayuda; por el otro, se rechaza su injerencia. Entonces, ¿en qué quedamos? Los papás se quejan de que los abuelos engríen demasiado a los nietos, volviéndolos niños consentidos y malcriados.
A veces, por el contrario, piensan que los mayores son excesivamente estrictos y anticuados. Para evitar problemas, los abuelos deben recordar que no son los padres y asumir que sus hijos están aprendiendo a criar a sus propios pequeños. Pero es bueno que siempre se sientan dispuestos a aconsejar, previa solicitud.
Deben respetar las normas que rigen en la casa, respetar los esfuerzos que hacen los padres por establecer disciplina y transmitir valores y también felicitarlos cuando hacen las cosas bien.
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